Arturo Guerrero Paintings




3

agosto 2016.

He pasado dos días fotografiando lo que he pintado el último año y me he sorprendido a mi mismo. Todas las mañanas acostumbro a mirar durante un rato lo que pinté el día anterior, para a continuación guardarlo, con la idea de preservar en mi mente solamente el recuerdo de las imágenes de dichos cuadros. De esta manera la serie que pinto marcha progresivamente hacia adelante, día tras día, basándose básicamente en mis recuerdos. Así pueden pasar varios meses hasta que creo que he llegado al final, y doy por acabada la serie, que queda guardada durante semanas hasta que un día encuentro la energía para fotografiarla. Es entonces cuando la veo por primera vez en su conjunto y puedo pensar en ella.

Podría decir que en parte pinto a ciegas. No es el último cuadro el que me lleva al siguiente, es su recuerdo. Así evito la repetición, las variaciones son más sutiles y el devenir de la serie más impredecible.

Así que ayer en el estvdio, mientras fotografiaba, me gustó bastante lo que vi.

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Hace dos años empecé a practicar caligrafía china y, poco a poco, a medida que fui comprendiéndola y asimilándola, quedé cautivado por ella. Nunca imaginé como iba a transformar mi manera de pintar.

La caligrafía demanda al mismo tiempo control físico y control mental. Requiere saber dividir mentalmente y a priori, el espacio en el cual se van a dibujar los caracteres, y hacer estos con la proporción adecuada no solo entre los diferentes trazos de los propios caracteres, sino también en su relación con el conjunto. Tan importante como los propios trazos es el espacio entre ellos y su proporción con el resto del papel. Con la práctica y el tiempo, a veces aparece algo trascendente que hace que con una suave cadencia muevas el brazo y con él, el pincel, depositando la tinta sobre el papel, para alcanzar una perfección tanto estética como moral. Es maravilloso y uno se siente lleno de gozo al completar una caligrafía. Porque no solo el trazo tiene un significado intrínseco como pincelada, sino que además tiene un significado literario.

Comprender el hecho de como discurre la tinta sobre el papel, el como mover el pincel y con él el brazo, me ha llevado a dar pasos inesperados en mi pintura, obteniendo resultados nuevos y sorprendentes.

La mayor parte de mi vida y en concreto los últimos 30 años he usado una técnica mixta para pintar, al principio sobre papel y años más tarde sobre lienzo. He utilizado a la vez pinturas al óleo y pinturas al agua, pintando con las dos al unísono la superficie del cuadro e utilizando la repelencia entre ellas como algo básico en el proceso pictórico. Tras comprender como funciona la tinta de caligrafía, empecé a pintar con ella y con pinturas al agua, exclusivamente sobre papel, olvidándome del óleo, y teniendo en cuenta las posibilidades y variaciones respectivamente de pintar sobre seco, pintar sobre húmedo y pintar sobre menos húmedo.

Con esta nueva técnica he pintado dos series este año. "Seascapes" y "Lines variations #2" que son las dos que he fotografiado hace unos días.

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